De relatos: La componedora de huesos

Su padre la miraba con el ceño fruncido, con esas cejas gruesas y pobladas, a juego con sus ojos grandes y algo saltones, tan juntas que parecían una sola. Los brazos cruzados frente al pecho, ocultando sus manos, y el silencio sostenido por el compás de su respiración.  Ella, con la cabeza semigacha, sentada en…