Hace seis años, una mañana de domingo, un par de amigas alquilaron una sala en los desaparecidos cines «Roxy» de Valladolid para proyectar su humilde cortometraje documental. Querían que todos aquellos que habían participado de forma desinteresada en él pudieran disfrutarlo en pantalla grande, en un cine como los de antes. Era el 26…