
Bien, la espera llegó a su fin, tampoco ha sido para tanto, ¿no?
Hoy voy a hablar de una mujer excepcional que cuenta historias, las crea, a través de una cámara. A su inabarcable imaginación se une su talento con el photoshop y… ¡voilà!
Conocí a esta barcelonesa afincada en Málaga hace unos seis o siete años, más o menos, en una quedada en tierras vallisoletanas organizada por una amiga en común. Un fin de semana donde juntamos a todas nuestras familias y, mientras ellas compartían jornadas fotográficas, sus consortes e hijos nos conocíamos. Todas ellas habían coincidido en el mismo curso de fotografía online y el buen ambiente y las ganas de seguir aprendiendo las unieron. Con el tiempo cada una fue desarrollando su propio estilo y varias de ellas ahora se dedican profesionalmente a ello.

M. J. Roda es un ejemplo de que nunca es tarde para cambiar el rumbo de tu vida, para encontrar una nueva motivación o descubrir lo que te apasiona. La crianza de sus tres hijos, otra cosa que tenemos en común, nuestro uno más dos, la alejó de su trabajo como psicopedagoga en atención temprana. Y la misma razón que la apartó de un camino, la llevó a otro. Desempolvó su amor por la fotografía, amor que fue creciendo un poco más tras cada clic.
“La fotografía para mí, ahora mismo, es mi modo de expresión, mi liberación, mi yo qué sé. Me ha devuelto las ganas de aprender cosas nuevas y explorar lo desconocido. Me reafirma como persona, aunque suene cursi”.

“La fotografía me gusta, principalmente, por todo el mundo que he descubierto a su alrededor, esa gente maravillosa y que tanto me aporta. Una de mis grandes carencias cuando dejé de trabajar, fue perder esa fuerza que te da ese tipo de trabajo tan de contacto humano”.
Nunca sabemos cómo evolucionará nuestra vida, los desvíos que nos harán tomar nuestras decisiones. Y, a veces, en esas decisiones se cuelan viejos anhelos que deseaban salir, expresarse, expandirse, crecer. M. J. Roda siempre quiso dibujar, hasta intentó aprender a pintar al óleo, pero, como ella me confesó entre risas, no era lo suyo. Bueno, amiga, quizás no sea al óleo, pero pintar, pintas. Vaya si pintas.

Hace unos meses, inspirada por su arte, se me ocurrió que podría ayudarme a cambiar la imagen de mi blog. Le dije algo así como: “M.J., quiero sentarme en el trono”. Ahora os quiero mostrar cómo fue el proceso y su resultado usando una de mis pasiones, la postproducción audiovisual, a la que me dediqué varios años y de la que me he alejado por los mismos motivos que mi amiga de su antigua profesión. Así que aquí estoy, a mis cuarenta haciendo algo que ni de coña me hubiera atrevido en mis veinte. Sí, creo que esto de la cuarentena me va a gustar. 😛
¡Dentro vídeo!
😊👍👍