En mi cuarenta cumpleaños, mi señora esposa tuvo la terrible e irresponsable idea de regalarme la playstation 4, alimentando así mi redescubierta fiebre por los videojuegos que combinan aventura y rol. Como una de mis debilidades es diseñar personajes a mi gusto y otro es la ciencia ficción, la PS4 vino acompañada de “Mass Effect Andromeda”. Después de él llegó “Detroit became human” y después “Skyrim”. Hoy no os voy a hablar de ninguno de ellos, aunque quizá lo haga algún día, porque si bien los he disfrutado en mayor o menor medida, no han llegado ni de lejos al flechazo que ha supuesto mi regalo de reyes.

Sí, Sus Majestades de Oriente tuvieron a bien concederme la única petición de mi carta: Assassin’s Creed Odyssey. Seguro que quien lo dejó sobre mis zapatos fue Baltasar que es desde siempre mi Rey Mago favorito. ¿Quién puede resistirse a viajar a la antigua Grecia? ¿A recorrer la Hélade de punta a cabo, a caballo o en barco? ¿A enfrentarse a seres mitológicos y a organizaciones secretas? ¿O a conocer a varios personajes históricos de la antigüedad? Yo no, vaya, y tú tampoco deberías.

En Assassins Creed Odyssey vivirás la historia de Kassandra (o Alexios si decides escoger al personaje masculino, aunque según los desarrolladores la historia fue pensada para ella; ella es el personaje canon), una espartana de nacimiento que tuvo que huir de su tierra natal de niña al intentar salvar a su hermano del cruel destino fijado por el oráculo. Acogida por Markos, un hombre de ética cuestionable, en una pequeña isla llamada Cefalonia, acaba convertida en una mercenaria, una «misthios». Kassandra es una superviviente que pronto se embarcará en un viaje que la llevará de vuelta a sus orígenes. Una odisea en toda regla en la que intentará recuperar a una familia que creía perdida para siempre mientras descubre el porqué de su trágico pasado y se enfrenta a los responsables de él.

Como podéis ver por las imágenes sacadas del juego, el cuál tiene una fabulosa opción para hacer fotografías en cualquier momento de la partida, Assassins Creed Odissey es bellísimo. Hasta el último detalle está cuidado, incluso que las gentes de esta Grecia del pasado hablen entre sí en griego. Y mientras disfrutaba de sus paisajes, de su mar, de su aventura, de su protagonista y de todos sus personajes, me sucedió una cosa curiosa, me entraron unas ganas terribles de volver a ver “Xena, la princesa guerrera”. Mi subconsciente haciendo su trabajo.

Después de comenzar el revisionado de este clásico de la televisión de los noventa, puedo decir que sigue molando igual que antes y que, para mi sorpresa, descubrí que no recordaba que Gabrielle, la eterna compañera de Xena, fuera tan divertida e ingeniosa. Esta asociación de ideas tiene toda su lógica, porque si hoy volvieran a hacer “Xena, la princesa guerrera” estoy convencida de que se parecería a Kassandra. Kassandra es la Xena del siglo veintiuno y lo único, lo único que le falta, es tener a una Gabrielle a su lado. Ahí te lo dejo, Ubisoft.

He estado pensando en cómo hablar de lo mucho que me ha gustado este juego y su protagonista, hasta el punto del enamoramiento, pero no he conseguido encontrar ni el tono ni la forma, así que, como diría Goyo Giménez: “No lo digo, lo hago”. La posibilidad de grabar tu propia partida en PS4 y mi fanatismo desbordado se han unido a mis conocimientos de edición, parece ser que marzo es el mes de los montajes audiovisuales, dando como resultado un humilde y pequeño homenaje a Kassandra, y un poco a Xena también. La primera pone las imágenes, la segunda la banda sonora.

He procurado no usar imágenes que desvelen demasiado, pero claro, no dejan de ser fragmentos sacados del propio juego, cualquiera puede ser un «spoiler» en sí mismo. Si ya estás disfrutando de Assassin’s Creed Odissey o piensas hacerlo más pronto que tarde quizá sea mejor que no pulses el «play». Para todos los demás…

¡Dentro vídeo!