
Inspiración, del latín inspiratio, según la RAE tiene cuatro acepciones, la primera dice que es la acción y el efecto de inspirar o inspirarse, un verbo que tiene a su vez seis. Aspirar el aire del exterior, infundir o hacer nacer en el ánimo o la mente afectos, ideas, designios, etc., o sentirse motivado por alguien o algo para el desarrollo de la propia creación, son algunas de ellas. También dice que podemos encontrarla en la obra de otra persona, como un aliciente o un modelo que enciende una idea o nos muestra un camino.
Hay una cosa que no explican todas las acepciones del diccionario, que, a veces, no es el estado de ánimo el que atrae o espanta a las musas, no, a veces, tras días y noches de cansancio acumulado, la única idea que acude a tu mente es tumbarte en la cama y taparte hasta arriba para que las musas no te encuentren, a ser posible, las siguientes veinticuatro horas y dormir y dormir y volver a dormir. Claro que si te prometiste a ti misma que actualizarías el blog dos veces al mes pasase lo que pasase, no te queda más remedio que ponerte ropa cómoda y sentarte frente al portátil, porque lo prometido es deuda y deberse cosas a una misma está muy feo.
Bien, seguiré las instrucciones.
Primera acepción: aspirar aire del exterior. Inspiro… espiro… inspiro… espiro…
Segunda acepción: hacer nacer en el ánimo o la mente una idea. Pongo música y cierro los ojos. Inspiro… espiro… inspiro… espiro…
Última acepción: encontrar la chispa que encienda la creatividad en la obra de otra persona.

Desde hace años tengo un libro, pequeño y gordito, de pastas color granate con letras y líneas doradas en el lomo, de páginas muy finas como de cebolla, con la letra diminuta, apretada y juntita; a simple vista se parece a esas biblias de antes. Creo recordar que me lo dio mi abuelo por parte materna, puede que porque yo me pusiera a ojearlo con interés y para él no tuviese mucho más valor que el resto de libros que tenía por casa. Aunque es posible que mi memoria me falle y haya mezclado dos hechos diferentes para darle un significado más profundo a este libro. No lo necesita, porque en sí mismo es valioso, en sí mismo es una joya, a pesar de que no sé en qué año fue editado porque no aparece por ningún lado. Este libro bien podría ser una biblia, si me ciño a la lo que dice la RAE, lo es seguro.
Obras completas de Rosalía de Castro. En gallego y en castellano. Poesía, prosa y epistolar. Todo condensado en más de mil quinientas páginas. Este libro aparece en el primer relato que publiqué en una revista, la protagonista de la historia, una viajera temporal profesional, tiene la misión de encontrarlo en el pasado entre otros libros que ya no existen en su futuro. Hoy acudo otra vez a él para darle el toque final a mis escritos. Para cerrar de alguna forma este mes poético.
He elegido uno de sus últimos poemas, lo escribió en su casa de Padrón un año antes de fallecer, hace ciento cuarenta y cinco años. Al parecer estaba enferma y ya sentía que el tiempo se le acababa. ¿Os la imagináis? ¿Con qué tipo de pluma lo escribiría? ¿De esas que había que mojar en el tintero o de las más modernas de finales del siglo XIX? Seguro que si visito la Casa-Museo con su nombre creada en esa casa de Padrón, lo sabré.
No entiendo casi nada de poesía, pero si de inspiración se trata hay una frase, que hoy y en espera de la noche se San Juan y mezclada con la última frase del poema de Rosalía me dice mucho y me hace pensar:»porque lo prometido es deuda y deberse cosas a una misma está muy feo», «Ven conmigo…y…descansa». Creo que es una combinación perfecta como inspiración para estar en paz con uno mismo. Me ha encantado! Felicidades!
Muchas gracias, querida amiga.
Porque me he quedado toda boba con tu comentario, porque no hay premio mejor que inspirar a otras personas.
Un millón de besos. 🙂