
Yo iba a darme dos semanas para volver a actualizar, a pesar de que el anterior post llegó con una de retraso y que así me saltaría mi calendario personal de publicaciones, es decir, primer y tercer jueves de mes. Hace unas semanas decidí que si no llegaba, pues no llegaba. No quería que este blog se acabara convirtiendo en una obligación, porque para mí este pequeño espacio es un lugar de bienestar, de evasión, incluso un refugio donde estar a solas conmigo misma. Yo he venido aquí a pasarlo bien. Y aunque a veces me cueste mucho publicar, cuando lo consigo me llena de orgullo y satisfacción. Por eso, porque yo estoy aquí por la diversión y no la fama, escribo sobre lo que me da la gana. En este caso, edito lo que me da la gana.
Hacía mucho que no traía un videojuego al blog y no porque no haya disfrutado de varios de ellos en este tiempo. ¿Y por qué, entonces? Pues yo qué sé, probablemente porque me gusta acompañarlos de un montaje y para eso como para todo hay que encontrar tiempo y tener ganas. Lo que se resume en «me ha entrado el ansia y necesito hacer un montaje sobre este videojuego porque se me ha ocurrido una idea fabulosa y no puedo esperar, me da igual todo eso que debería estar haciendo en vez de esto». Sí, bueno, como resumen deja mucho que desear.

Como defensora de las causas perdidas o lo que viene a ser «no entiendo por qué esto tiene tan malas críticas, a mí me ha molado», mi ansia se puso muy pesada y no me dejó en paz hasta que terminé el vídeo que veréis más abajo. La culpa la tiene toda el Londres victoriano, en concreto el que aparece en el videojuego Assassins Creed Syndicate.
Si por algo destaca esta saga del estudio francés Ubisoft es por la estética y por la cuidada ambientación de cada una de sus entregas. Desde la Florencia del siglo XV a la Grecia del siglo V a.c., pasando por el Egipto de Cleopatra o la guerra de independencia estadounidense, han conseguido sumergirnos en cada época convirtiéndonos en turistas del tiempo. Y no solo nos han permitido pasear por las ciudades y sus lugares emblemáticos, sino también conocer personajes históricos como Sócrates, Leonardo Da Vinci o la ya mencionada Cleopatra. Si a ello le añadimos que Assassins Creed es una ucronía, subgénero de la ciencia ficción, ¿cómo no iba a gustarme? De un tiempo a esta parte y gracias a Kassandra, la protagonista de AC Odyssey y a quien dediqué esta entrada, regresé a esta franquicia para completar las entregas que aún no había jugado y lo fui haciendo hacia atrás por fecha de publicación, bueno, más o menos. Y llegué a Londres en el año 1868 y conocí a los hermanos Jacob y Evie Frye. Y me enamoré… de los abrigos de Evie (claro, claro, de los abrigos solo. Shhh… calla).

Tal vez no sea el mejor videojuego que yo haya jugado, ni el mejor de la saga Assassin’s Creed, pero, para mí, tiene un encanto que ya querrían otros. Recibió (y recibe) innumerables críticas porque a su historia le falta emoción o momentos trepidantes, porque tiende un poco a la comedia y eso lo aleja de la esencia de anteriores entregas, porque las misiones para conquistar los distritos son repetitivas, porque… Pues a mí todo eso me ha dado igual, incluso los fallos no corregidos como que en las cinemáticas haya personajes que se vuelven invisibles y lo que veas sea unas cajas flotar o que Jacob sea un poco gañán, es que ya es mi gañán y lo quiero tal cual. Me encanta su tono desenfadado, que ambos hermanos sean como el día y la noche, que cuando él la lía parda, ella tenga que arreglar el desaguisado. Que cuando vas de tejado en tejado te encuentres a los deshollinadores trabajando. Me encanta la banda sonora. Me encantan los personajes secundarios y los villanos. Y sí, todos ellos están desaprovechadísimos. Toda esa ambientación, esa estética…
Volvamos a echarle otro vistazo a los abrigos de Evie.

En fin, que para qué voy a hablar más, yo no he venido a convencer a nadie de que este videojuego, en mi opinión, está un pelín infravalorado. Yo he venido aquí a fardar de montaje. Porque si hay algo que me gusta casi tanto como el chocolate es el mestizaje y la fusión. Por un lado las imágenes y la banda sonora de Assassins Creed Syndicate, por el otro la pregunta por excelencia a la hora de crear ficción: «¿Qué pasaría si…?»
¿Y si Assassins Creed Syndicate fuera una serie de televisión? Es posible que su cabecera fuera tal que así. ¡Dentro vídeo!
P.D.: Esta entrada tendría que haberse publicado el jueves pasado, pero no pudo ser por problemas técnicos. A veces la informática tiene sus cosas y los programas de edición no quieren exportar los vídeos como la diosa manda.
P.D. II: No sé, Ubisoft, pero yo que tú me contrataría. Ahí te lo dejo. 😛
Ahora has hecho que tenga ganas de volver a jugarlo.
¡Pues hazlo! Y después lo compartes conmigo. 😉
¡Gracias por pasarte y comentar!
Genial el montaje, vale la pena esperar!
¡Gracias! Tengo más en mi canal de Youtube de este estilo, por si te aburres. Además, son de videojuegos protagonizados por señoras. Y qué señoras. 😉
Jaja, qué insinúas? No sabía que tenías canal. Pues hala, voy haciendo 🍿
😂😂😂 Qué ricas las palomitas, por cierto.
Pues sí que te quedó chulo, sí. Al verlo no puedo evitar preguntarme: ¿por qué no existen series para adultos con una animación y ambientación de ese estilo? Yo las vería.
PD. ¿Te puedes creer que jamás he jugado a un Assassin’s Creed?
¡Gracias, Kate!
Ya te digo, ojalá una serie animada de ese estilo, de cabeza me iría yo a verla.
P.D.: Y claro que me creo que nunca has jugado a ningún Assassin’s Creed. 😉