Cada historia que se cuenta, aunque sea una simple anécdota, se hace desde un determinado punto de vista. Es algo tan importante que puede hacer que contando lo mismo parezca totalmente diferente. Una persecución narrada desde la mirada del perseguido crea una tensión bien distinta que si se hace desde la del perseguidor. Si en vez de a Blancanieves hacemos protagonista a su madrastra.
La perspectiva de un niño no es la misma que la de un adulto, la de una víctima difiere bastante de la de su agresor. Eso muestra esta magnífica campaña publicitaria que he conocido gracias al post «Una campaña con dos puntos de vista» del blog «Marketing en lata».
Una imagen vale más que mil palabras…
Se me han puesto los pelos de punta… Me parece una idea brillante.
Sí que lo es. Gracias por tu comentario, un besazo.
Gracias por la mención, y sobre todo gracias por compartir ideas tan buenas como ésta. ¡Un besazo!
Gracias a ti por tu comentario 😉 ¡Besos!