
Aprovechando que en este último jueves del año me tocaba divagar iba a escribir una entrada sobre el año que se nos va. Muy profunda y muy sesuda. Pero llegadas las diez de la noche de este último jueves del 2016, a mi mente solo acuden palabras como: bronquitis, nebulizar, amoxicilina… y es curioso, todas multiplicadas por dos, a saber por qué. ¿Por qué hace un frío que pela como en varios inviernos no recordabas y los niños se pasan los virus generosamente los unos a los otros? Es posible, sí. Era una pregunta retórica.
Así que si me lo permitís dejaré mi análisis del año para una ocasión más propicia. En este jueves para divagar tan solo os desearé que tengáis un 2017 lleno de vivencias enriquecedoras y algún que otro sueño cumplido. O mejor, muchos sueños, sí, sueños a porrón. Soñar y soñar. Soñar y soñar. Dormir y dormir… y dormir… y dormir…
Y si Papá Noel no os trajo nada de lo que pedisteis, no os preocupéis, aún quedan los Reyes Magos (o las Reinas Magas, como gustéis).
Hasta el año que viene. 😉