
Es muy habitual que las historias, las fábulas y los cuentos, sean una forma de transformar o modelar la realidad. Convertimos la vida en ficción, a veces de forma literal, a veces las mezclamos con sueños, teorías y nuestra manera de intentar entender el mundo, de darle un sentido o una explicación, de extraer una lección de él. Después agitamos la coctelera y listo: hemos creado un mundo alternativo, una vida alternativa, le hemos dado cuerpo a la fantasía.
Sí, esto es lo más habitual, que la realidad se vuelva ficción, pero que lo más normal sea que el tren lleve esa dirección, de lo tangible a lo intangible, no quiere decir que no pueda hacer el trayecto de vuelta. Por eso, a veces, la ficción entra en la realidad y la cambia. O, sin ponernos tan profundos y filosóficos, a veces, es posible encontrarse con algo de allí aquí. Porque chicos y chicas, pequeños y mayores, los dragones existen, vaya que sí. Puede que no sean pequeños ni negros, que no tengan alas ni escupan fuego como el de María y sus dos mamás. Puede, también, que solo sea vegetariano a medias, que a parte de la fruta y la verdura coma insectos. ¿Acaso importa? A mi hijo Lope nada de nada. Y, a mí, tampoco. Os presentamos a “Lagarti”, el auténtico dragón en miniatura.

P.D.: Ahora es un bebé, cuando crezca a Lope le ocupará todo el brazo. 😛
Preciosa ilustración
Gracias, Celia. Fue un regalo de mi amiga Nuria Diez a mis hijos. Es ilustradora y escritora de cuentos infantiles. Y por lo que he visto en tu blog, seguro que te gusta. 😉
Un saludo.
Reconocí a la ilustradora:
https://eltigrequevinoaleer.wordpress.com/2017/07/18/dragones-de-llamas-abrazadoras/