
Y aquí estoy de nuevo dando la turra. Creo que para el próximo año debería plantearme darme dos meses de descanso bloguero porque he regresado con poquita energía, para qué voy a mentir. Aunque puede que eso no se arreglase con más tiempo, cosas del síndrome postvacacional, dicen.
Empezaré poco a poco, sin presión, como si estuviera en periodo de adaptación, igual que los mellizos la semana que viene en “el cole de mayores”. Ya tengo una edad y soy como esos coches de gasolina del siglo pasado en pleno invierno: necesito entrar en calor antes de salir a toda pastilla. Podría empezar haciendo balance de mis propósitos de verano. Sí, eso estaría bien, más que eso, para estar orgullosa.
Dos relatos de cinco mil y seis mil palabras cada uno enviados a sendas convocatorias: una antología histórica y otra de ciencia ficción. Dos retos difíciles, incluso siendo uno de ellos de mi género favorito, porque tuve que documentarme muy mucho en ambos, primero en busca de una idea y después para desarrollarla con propiedad. Y mi premio era ese, escribirlos y enviarlos, lo que venga después, si llega algo, solo será un extra. ¡Bien, por mí!
Después estaba mi manuscrito. Ay, mi manuscrito, ese que he tardado años en escribir y darle forma, que lo fui haciendo poco a poco, sin ninguna pretensión, capítulo a capítulo cuando se me iban ocurriendo. Cincuenta y seis mil palabras, casi nada. Pues tropecientas revisiones después, lectoras beta mediante (mil gracias), creo que ya le ha llegado la hora de volar y buscar otro sitio más acogedor que el cajón. Cruzo los dedos, todos ellos, para que tenga mucha suerte.
Visto así no parece mucho, pero si tenemos en cuenta que lo he hecho en los ratos que mis tres hijos me han dejado libres y los que mi querida señora esposa me ha regalado llevándoselos por ahí, tiene un mérito inmenso. Ahora que lo pienso, lo que a mí me pasa no tiene nada que ver con volver de vacaciones, lo que yo necesito es un buen descanso. 😛
¡Toca descansar!
Un buen descanso, tú misma lo dices.
Besines a los cinco.
Maribel.
Pues sí, jajaja. Gracias, Maribel, por leerme siempre. 😉
Millones de besos para ti.
Ánimo campeona!! Todo suena maravilloso.
¡Gracias! 😀
Mucha suerte a la familia. Por cierto, cómo mola la foto del coche del siglo pasado …
Gracias, Pedro. Sí que mola, sí. 😉