Visitando el blog «Marketing en lata» recordé las palabras de un antiguo profesor. Él decía que cuanto peor es un anuncio (hablando en términos técnicos y también creativos) más fácil le resultaba a la gente recordar el producto anunciado. Y que cuanto mejor era, recordaban el anuncio pero vagamente la marca. «Era de un coche…» «Qué bueno es ese anuncio de ropa…» Creo que la mayoría de las veces esas campañas supuestamente peores son así a conciencia, seguro que no hemos olvidado ciertos anuncios con canciones pegadizas rozando el ridículo.
En publicidad hay muchas estrategias, una que funciona muy bien, si la repites campaña tras campaña, son los lemas. «Te gusta conducir» de BMW, «Imposible is nothing» de adidas. También puedes usar a personas famosas, o gente un poco friki, grandes medios técnicos, menos medios y mucha imaginación (sabe a Mixta), o intentar contar una historia en 30 segundos.
Coges como base una comedia romántica, ya sabéis, el eterno «chico conoce a chica» y viceversa. Lo estructuras en tres actos o secuencias, añades un pequeño giro al final y voilà. En este caso… Tri-va-go. 😉
Hace unos cuantos años vi un documental sobre agencias de publicidad y creativos, en el cual se destacaban las propuestas más arriesgadas y rompedoras del medio; anuncios de un diseño y conceptos tan novedosos que por necesidad ganaban todos los certámenes de publicidad donde se presentaban. ¿Qué tenían en común estos anuncios? Nadie recordaba que producto anunciaban, pues el concepto era mucho más interesante que la marca/producto. Publicidad que ganaba premios pero fracasaba a la hora de vender lo anunciado. En el documental se preguntaban entonces cual era el objetivo de hacer estos anuncios tan originales. La respuesta: ganar certámenes de publicidad para así subir el caché de la agencia. 🙂
Es verdad y algo bastante curioso. Yo no había pensado en ello hasta que me lo dijeron. Aunque también hay un punto intermedio, buenos anuncios que cumplen su función. Y otros en el que la marca es tan universal que dará igual cómo sea la publicidad que usen.
Un placer tenerte por aquí. 😉
Saludos.
¡Bueno, bueno! ¡Qué emoción! «First things first», gracias por mencionar mi humilde blog. Segundo, gran debate este que sacas a colación, ríos de tinta podrían correr sobre él. Del anuncio que comentas, mucho se llegó a hablar sobre él, suscitó muchas dudas en cuanto a la historia. Yo llegué a oír una entrevista en radio a la agencia que había pensado y realizado el spot. Y ellos mismos se negaban a explicar el sentido del anuncio y responder las dudas de la gente. Decían que cada uno pensara lo que quisiera. Bueno, es una manera de generar «ruido». El problema es, como dices, que luego es difícil de recordar qué marca era, pero el anuncio no se te olvida. También hay otros anuncios que, buenísimos o malísimos, nada más comenzar (sin haber visto el logo) ya les asocias a una marca (los de Coca-Cola, los de Mixta, los de Shandy)… Esos, independientemente de la calidad, también cumplen su función. (Toma parrafada de comentario, jeje).
De nada, de nada, soy fan de tu blog.
A mí particularmente este anuncio me gusta mucho, también porque cada uno lo interpretará a su manera. Y tienes mucha razón, hay marcas tan mundialmente reconocidas que, como tu bien dices, nada más comenzar el anuncio las reconoces, creo que en parte porque ya tienen un estilo muy definido que se ha repetido muchas campañas atrás. La verdad es que el tema de la publicidad es muy interesante y da para muchos debates.
Un besazo.