
«LA TORMENTA PERFECTA»
A la tormenta perfecta no la anuncian nubes negras.
Es una tempestad sin viento,
sin relámpago, sin trueno.
Es un torbellino que no gira
y una borrasca de interior.
La tormenta perfecta es un aguacero de champú,
una ventisca de piezas de colores
y un ciclón traidor escondido bajo el colchón.
La tormenta perfecta es un huracán que te saquea la nevera,
un chaparrón de ropa revuelta
y un tifón de bocetos en el salón.
La tormenta perfecta se genera con un «juega tú solo»,
se detiene con un «¿qué haces?»
y se certifica con un «nada».
Precioso y preciosa la foto.
Muchas gracias, Maribel. 🙂
¡Patricia! Me encanta cómo utilizas el arte para expresar lo que sientes. Es una de las grandes terapias de esta vida. Todo mi ánimo, por si ese caos se extiende a cotas insospechadas. ¡Un besazo!
Jajaja. El caos, poco a poco, empieza a ser más llevadero ahora que, irónicamente, hemos organizado nuestro tiempo. 😉
Muchas gracias por tus ánimos y tu comentario.
¡Besos!