
Hace un mes que no actualizo (¡hala!, pero qué vergüenza, buuu), y si tenemos en cuenta que la anterior entrada fue un poco para salir del paso… conclusión: tengo esto muy abandonado. No quería, no era mi intención, pero es lo que ha pasado. Relancé este blog con un único propósito: obligarme a escribir, a tener, al menos, que hacerlo dos veces (o tres) al mes. Así tenía una especie de ancla para mantener el hábito y no perder lo poco que había aprendido. Este propósito comenzó hace casi dos años y lo he mantenido contra lactancia gemelar, insomnio maternal, familia numerosa, obligaciones varias… consiguiendo también tiempo para escribir no solo en este blog: un montón de relatos y hasta una novela corta esperando corrección son testigos de ello.
En junio me vine arriba y añadí a todo lo anterior participar en dos concursos literarios y una revista (¡hala!, pero cómo te flipas). Conseguí llegar a dos de tres, no está mal, pero a cambio de no actualizar. Hay cosas que como las dejes un par de veces retomarlas después se te hace un mundo como, por ejemplo, el gimnasio (sabes de lo que te hablo, ¿eh?). Llevo todo julio pensado cómo y con qué actualizar. No se me ha ocurrido nada, no me apetece nada. Quizá sea mejor adelantar el parón veraniego y alargarlo hasta septiembre o octubre o… La verdad es que no lo sé. Me debato entre esto y lo otro como si deshojara una margarita, me quedara sin pétalos y cogiera otra, y otra, y otra, y pobres flores del campo.
Te diré que en todo este tiempo no he dejado de escribir, que he escrito más que nunca: unos cuantos relatos y hasta el bosquejo de una novela puedo aportarlas como pruebas. Ay, ¿qué hacer? Dime margarita, dime si sí o si no.
—Yo casi prefería que me dejaras en paz.
Vale, debería dormir más, porque las margaritas no hablan.
—Sí cuando nos conviertes en una personificación. ¡Y deja ya de quitarme hojas!
Ains, esto de tomar decisiones es… Uy, creo que aún tengo chocolate en la nevera, ¡yupi!
Si me lo permites, voy a hacer de voz de la conciencia bloguera: «¡Patricia, Patricia, no hagas un parón largo de blog, por favor. Qué sería de tus lectores si no, ¿y del mundo blogger, tan denostado ya? Sigue, sigue, aunque sea de vez en cuando y, por supuesto, con esas súper fotos preciosas que ilustran tus entradas». Una fan 🙂
Para tu tranquilidad, voz de la conciencia bloguera, a día de hoy no tengo intención de hacer un largo parón, hasta voy a intentar no hacer parón, no sé cómo pero algo se me ocurrirá. ¿Te vale si solo actualizo con fotos molonas? 😛 Por cierto, son mérito exclusivo de mi señora esposa.
Muchas gracias por comentar, querida fan. 😉